El interés se reavivó porque el último acuerdo salarial incluyó una cláusula de revisión para noviembre de 2025, lo que habilita una nueva negociación en función del contexto económico. Sin embargo, la reunión prevista no garantiza un incremento: en caso de haber modificaciones, serían no remunerativas y no acumulativas.
Por ahora, no hay cifras, formatos ni definiciones. Tampoco existe confirmación de aumentos. Con el diálogo abierto pero sin actas firmadas, el panorama es de expectativa más que de certezas, y cualquier cambio sigue en terreno especulativo.
Las partes mantienen canales de diálogo habituales, pero tanto el sector empresario como el gremial coinciden en que cualquier decisión dependerá de la evolución económica de las próximas semanas. Por eso, mientras se aguarda una definición formal, los trabajadores siguen atentos a una negociación que, por ahora, avanza con cautela y sin compromisos concretos.

