Dentro de los grandes objetivos del nuevo gobierno de Javier Milei, se encuentra eliminar el tributo que generan distorsiones, desalienta la intermediación bancaria y por lo tanto favorece la economía en negro; El impuesto al Cheque.
Si bien especialistas afirmaron que “no es tarea sencilla”, los funcionarios nacionales están analizando erradicar dicho impuesto y de esta manera avanzar con la promesa de campaña que rezaba eliminar todos los gravámenes posibles, en tanto y en cuanto no se rompa el equilibrio fiscal.
Cabe señalar que el impuesto a los créditos y débitos bancarios representó 7,3% del total de la recaudación el año pasado. Se trata de un tributo estrella que, de mantenerse, podría aportar tanto como 1,8% del PIB en el año.
En tanto, entre los profesionales en ciencias económicas se comenta que existe un camino intermedio, consistente en ampliar a todas las empresas la posibilidad de utilizar como pago a cuenta el impuesto al cheque. En la actualidad el tributo puede ser descontado en una escala que varía según el tamaño de la empresa (el 100% para las más pequeñas y 34% para las grandes).