Es evidente que los factores externos también juegan un rol clave; clima positivo como el que se registró a principios de año, favorecería nuevas subas mientras que una mayor volatilidad en los mercados emergentes, como la que se desató en las últimas semanas, complicaría las perspectivas de mejora.
Según aseguraron en uno de los grandes bancos extranjeros que por estas horas negocian con el Banco Central la migración de los pases a las nuevas letras de regulación monetaria y también la solución a los “puts”, excede por completo la cuestión financiera. “A partir de ahora empieza a incidir en la economía real, los inversores van a estar atentos a la evolución de la actividad ya su capacidad de recuperación”, aseguró un representante de la entidad que suele recibir a los fondos de inversión que vienen periódicamente a Monstruos. Los avances.
Al menos por ahora, no son buenas las noticias en ese frente. Los primeros datos aislados pero representantes de sectores clave como la construcción y la industria automotriz quebraron en junio la tendencia de leve recuperación anunciada en los dos meses anteriores. Cómo arrancar el segundo semestre para la economía real será clave para proyectar una película.
Aunque tal vez algo corto, el ministro de Economía, Luis Caputo, dio un paso ayer en ese sentido. Fuera de agenda, el funcionario envió al Congreso el avance del Presupuesto 2025 en el que, además de ratificar el ritmo de devaluación hacia fin de año y el superávit fiscal, reconfirmó el fin del impuesto PAIS para el año que viene, tal como dice la ley que impulsa el gravamen. El subtexto, leen los inversores, es que el año que viene el control de cambios no existirá, al menos no tal como lo conocemos.